Connie Floriwis
Yukim: Ya pronto vendremos con más fanfics ^^ esperen por favor! (Aunque no haya nadie desesperándose más que nosotras ._.)
assolir
Segundo Fanfic que se publica en esta página. Esta vez de parte de Yuuko. Es un oneshot de MBLAQ otra vez, que espero disfruten mucho. Dedicado a HeeRo y a Yuki, a una por chantaje (Perdóname~ Como la canción!) y a la otra porque se que le gusta, lo ama y todo eso.





Nombre: I don't think so
Parejas: SeungJoon / JoonHo
Categorías: +18
Finalizado: Sí





-----





‘Hagamos como que nada paso’

Aquella frase que no paraba de dar vueltas en su mente…

- ¿Qué rayos pasaba con él? – pensaba el líder, furioso, completamente furioso mientras se paseaba por la habitación -

Está bien, la situación en sí había sido muy rara, pero él no lo había rechazado, no había hecho nada que pudiera haberlo molestado, no dijo nada que pudiera darle la idea de que lo que estaban haciendo era desagradable para él, entonces, ¿por qué?
Los recuerdos hacían que se sintiera aún más frustrado.

‘Hagamos como que nada paso’

¿Cómo quieres que lo ignore cuando aún puedo ver tu rostro cada vez que cierro los ojos?



- ¡Maldita sea! – gritó al tiempo que golpeaba la pared. Él no era de enojarse con facilidad, pero esto lo sacaba de quicio. ¡Mentira! Se exaltaba con rapidez, era egoísta y cualquier cosa podía ponerlo de malas en un debido contexto, pero si se trataba de Joon todo molestaba el doble.





-----

La práctica iba como siempre. Mucho trabajo, mucho esfuerzo, muchas horas empleado, pero todo valía la pena en el escenario, además siempre quedaba un poco de tiempo para disfrutar todos juntos. Eran casi las dos de la mañana y estaban cansados, pero eso no importaba si no se sentían conformes con el trabajo. Ensayaron una, dos, tres, diez veces más la coreografía completa hasta estar satisfechos; al día siguiente tenían trabajo temprano y debían dormir al menos un poco.



Salieron como despojos humanos de la sala de ensayo y se dirigieron a la van que los llevaría a casa. Y ahí iba otra oportunidad perdida para hablar con él. Se había adelantado a todos para apropiarse del asiento delantero, poniéndose los audífonos para echarse a dormir un rato. Pero él sabía que lo que quería no era dormir, sino evitarlo, y le molestaba, le molestaba tanto.
Se sentó junto con los demás y se echó a dormir también, con el gorro tapando su rostro y la maldita frase que volvía a su mente: ‘
Nada paso’



-----

El día había sido largísimo; grabaciones en la mañana, en la tarde ir a la radio, las fotos para aquella revista antes del ensayo y otra dosis potente de ensayo. Pero esa era la vida que había escogido, y junto con esos cuatro no se hacía tan pesado. Aunque, tal vez uno lo influenciaba más que los demás.



Pasando a otro tema; había decidido calmarse un poco y analizar ‘tranquilamente’ lo que había sucedido esa noche de hace una semana. Recordaba que habían terminado el ensayo tan tarde como siempre, pero como era el primero después de unos días de receso, no se sentía tan pesado. Llegando a casa todos se dirigieron a sus cuartos a dormir todo lo que pudieran antes de que el itinerario se pusiera más pesado, como siempre que podían, así que él y Joon habían hecho lo mismo, dirigiéndose para ello al cuarto que compartían. Pero no habían pasado ni cinco minutos desde que se había metido a su cama cuando lo sintió.



Un cuerpo se introducía a su cama y se deslizaba junto a él hasta quedar sólo a unos centímetros de su espalda, podía sentir su respiración cálida contra su hombro. Se sintió paralizado, su cerebro no conectaba las ideas y sus ojos se fijaron en la pared; porque sabía quién era, lo sabía perfectamente. La puerta no había sonado y sólo eran dos en esa pequeña habitación.



Y sintió que lo único que estaba vivo en su cuerpo era su corazón que estaba latiendo tan rápido.



Se volteó lentamente y abrazó al chico junto a él, apretándolo contra su pecho. Se le hacía tan delicado, tan irreal. Él no era cariñoso, todos lo que lo conocían lo sabían, pero él hacía a su mundo dar vueltas, sacando partes de él que pensó no existían. Él hacía que se quedara sonriendo como estúpido por una simple frase, o que se sintiera feliz por una sonrisa, o renovado por un gesto; él, él y sólo él.



Por eso tenerlo así ahora era indescriptible, y delicioso. El olor de su cabello y su respiración ahora contra su pecho hacían que cada fibra de su ser se remeciera por ondas eléctricas. Quería tenerlo así por siempre, pero a la vez quería más de él.



- Yo… - escuchó su voz bajita, apenas un susurro – Lo quiero todo de ti –



Y fue como si algo dentro de él se desbordara. Nunca se había dado cuenta de lo mucho que se estaba conteniendo con el chico de cabellos castaños que dormía a sólo unos pasos de él cada noche. Y sin decir nada tomó su rostro y lo acercó al suyo para mirarlo a los ojos y besarlo como si fuera la única vez que se le permitiría hacerlo.



Inconscientemente se posicionó sobre él sin cesar el contacto de sus labios; teniéndolo así ni respirar era una necesidad. Sus manos se prendaron en su espalda, apretando la camiseta de su pijama, acercándolo más. Sus cuerpos estaban completamente en contacto, y todo empezaba a molestar. Las sábanas molestaban, la luz que entraba por la ventana, el ruido de los autos en el exterior, todo. Quería que sólo existieran ellos dos, ese beso, esos cuerpos.



Era como si en ese momento… Él fuera lo único que necesitara para vivir.



Y las cosas simplemente se dieron. Los besos seguían como en una lucha donde nunca habría un ganador, las ropas habían desaparecido rápidamente, una por una todas sus prendas habían quedado esparcidas por la habitación y sólo quedaban sus cuerpos disfrutándose mutuamente, amándose en el reducido espacio que les brindaba esa cama.



La mente de SeungHo se había aclarado en un segundo; eso era lo que estaba esperando, lo que deseaba. Él también quería todo de ese chico, su sonrisa, sus caras tiernas, su simplicidad, su honestidad, su cuerpo, su corazón. Sentía la necesidad de marcarlo para que nadie más pudiera tocarlo, de ponerle un cartel que dijera que era suyo; porque lo era, desde ese momento lo era.



Y el vaivén de movimientos fue subiendo de intensidad. Su rostro sonrojado y sudoroso era lo único que podía ver, sus labios entreabiertos invitándolo, sus ojos cerrados, su expresión de placer. Aunque era él quien dominaba la situación el más pequeño era quien lo incitaba a dar el siguiente paso. Quería terminar dentro de él, escuchar su nombre saliendo de sus labios mientras lo llevaba al paraíso.



Se introdujo lentamente, a pesar de que lo deseaba intensamente no quería dañarlo en el proceso; sino todo lo contrario. Tenía la cara de Joon en primer plano; pudo ver como se sorprendió al verse atacado de esa forma, para cambiar a una un poco dolorosa. Se detuvo, sin dejar de mirarlo a esos ojos que se habían abierto y que le demandaban seguir.



- Sigue… - sus labios estaban tan rojos – No pares cuando te estoy disfrutando –



Sí le quedaba algo de autocontrol se había perdido en los confines de la tierra. Siguió con su labor mientras con un beso salvaje lo distraía hasta verse introducido totalmente. Sólo ahí se separó un poco, lamiendo sus labios al separarse.



- Muévete – un susurro mezclado con un gemido, una orden mezclada con una petición.



Primero lento, sin moverse demasiado, y recibiendo como respuesta esos gemidos que parecían maullidos. Más rápido, más y más, y sus gritos llenaban ese cuarto y se mezclaban con los suyos que no sabía cuando habían comenzado. Y cuando escucho su nombre dicho por esos labios se fue elevando al clímax. Tomó el miembro del menor y comenzó a frotarlo al ritmo de sus movimientos, para terminar juntos mientras se derramaba y caía sobre él.



- SeungHo… - Levantó el rostro para mirarlo – Yo… -



Pero no lo dejo terminar. Lo besó suavemente, tratando de demostrar todo lo que circulaba en su interior, y lo siguió haciendo hasta que cayeron dormidos, y abrazados



----



Y la mañana siguiente había comenzado su calvario. Al despertar él no estaba en la habitación, o en la casa. Se sorprendió, pero no pensó que fuera nada grave, él solía hacer ejercicio por las mañanas, mientras él dormía como un oso hasta que levantarse fuera inevitable. Pero no volvió.



Ese día sólo tenían ensayos y fue en ese lugar donde lo volvió a ver. Se veía cansado, abatido, así que se acercó con la intención de hablar de lo que había pasado, pero él se le adelantó.



- ¿Podemos hablar afuera? – se sorprendió de que le preguntara eso sin siquiera darse vuelta.



- Está… Está bien – lo siguió fuera de la sala bajo la atenta mirada de los otros tres ¿Qué rayos pasaba aquí?



- Sobre lo que paso ayer… - ‘Qué directo’ pensó SeungHo – Sólo olvídalo –



No pudo emitir palabra alguna, pero su cara tenía tatuado un gran ‘¡¿Qué?!’ en toda su extensión.



- Hagamos como que nunca paso – sólo dijo esas palabras sin mirarlo ni una vez a la cara y volvió a entrar.



¿Qué rayos pasaba aquí? ¿Cómo quiere que lo olvidé? ¿Qué pasa contigo, estúpido Joon?, todos esas preguntas asaltaban su mente mientras se quedaba parado allí, simplemente estático y mirando al piso.



¿Quería que olvidara el momento más maravilloso de su vida?



-----

Esa noche no fue a dormir a la casa y le mandó un mensaje a ByungHee diciendo que se quedaría con sus padres por unos días, debido a una ‘emergencia’, pero que no faltaría a los ensayos y que estaría puntual para las actividades programadas.



- Y una maldita patraña… - se fue susurrando el líder a su habitación – Como si no supiera que lo único que quiere es evitarme – bufó - Al menos para la próxima que invente algo más creíble, todos sabemos que sus padres andan de viaje... -



Se tiró en la cama de esa habitación que se le hacía enorme sin aquel chico ruidoso, tratando de frenar su mente para poder dormir al menos un poco esa noche.



-----

Y así era como había pasado una semana. Una semana con Joon evitándole y durmiendo fuera de casa, sin ni siquiera permitirle dirigirle la palabra, y ya no lo soportaba más. Había decidido que al día siguiente hablaría con él fuera como fuera, aún si tuviera que gritarle en medio del ensayo que él no pensaba olvidar nada y que los otros quedaran con cara de ‘WTF?’, lo haría. Por eso hoy necesitaba dormir y ordenar sus ideas, sí, dormir y pensar en lo que le diría…



Y eso hacía, dormía no muy plácidamente cuando la puerta de la habitación sonó ligeramente, como si alguien tratara de entrar sin ser notado, pero con su estado de alteración cualquier ruido lo hubiera despertado. Por eso espero a que se metiera a su cama para hacer su próxima jugada. Pasados unos cinco minutos se levantó mucho más sigilosamente de lo que el otro lo había hecho, actuó de la misma que él hace una semana. Se deslizó bajo las sábanas y se quedo mirando su espalda, sin tocarlo.



- ¿Qué estás haciendo? – esperaba un grito, no esa voz un tanto quebrada.



- Quiero hablar –



- No hay nada de que hablar… -



- Sí, sí lo hay –



- No – tomó aire antes de continuar – Nada paso, ya te lo dije, sólo olvídalo –



Y eso había sobrepasado su límite de racionalidad. Lo tomó por los hombros y lo volteó para verlo frente a frente. Su cara sorprendida y esos labios entreabiertos los distrajeron, y lo besó como la única vez que estuvieron juntos, recorriendo esa boca en plenitud, pero deteniéndose antes de dejarse llevar más. Se detuvo unos segundos para recuperar el aliento y llevar a cabo lo que había ‘planeado’.



- ¡No puedes hacer como que nada paso! – no quería gritar pero lo estaba haciendo – Cada cosa que haces deja una marca, un recuerdo, un signo de que ocurrió; no puedes borrarlo por haberte arrepentido… - ¿Su voz se estaba quebrando? – Yo… -



- Yo no me he arrepentido de nada – sus palabras dando vueltas otra vez –



- Entonces, ¿qué rayos te pasa? –



- Yo… - lo miro a los ojos – Cuando se trata de ti quiero ser egoísta. No quiero que nadie te mire, que nadie te toqué, quiero que esos labios sean sólo míos, que sólo me mires a mí… -



Y esta vez lo beso dulcemente, con una dulzura que pensó no existía en su interior. Pero él lo detuvo para seguir hablando.



- Pero me siento inseguro ante tí - suspiró – Eres frío y a veces siento que te importo un bledo, que no me haces caso aunque me ponga a hacer cosas estúpidas sólo para que me sonrías, pero esa noche sentí que trasmitías tanto, pero no dijiste nada. Me sinceré y sólo me besaste de esa forma y todo lo que paso después… – se sonrojó ligeramente- Y yo... -




Sus dedos se posaron en sus labios para luego deslizarse por su cara en una caricia suave.



- Hay cosas que no tienen que decirse – entrelazó sus dedos bajo las sábanas – Si que eres idiota a veces, ¿no? –



- ¡Oye, tú! ¿Qué crees que… - otro beso no lo dejo continuar con sus reclamos –



- Yo también lo quiere todo de ti – esa mirada seria no dejaba lugar a dudas – Me preocupo siempre de lo que haces y de donde estás, pero nunca quise ser tan obvio, ¿cómo sabría cuál sería tu reacción? –



- Pues, estábamos en la misma situación, ¿no? – esa mirada tan seria era extraña en él, pero tan transparente.



- Sí… Por eso ahora podré ser todo lo egoísta que quiera contigo y te tendrás que aguantar por ser un estúpido idiota que me mantiene irascible por una semana – lo miró enojado para luego sonreír - ¿Sabes que el otro día casi golpeo a Mir por decir algo de ti?-



- No, pero me habría gustado verlo – le respondió con esa sonrisa que le gustaba tanto.



- Pues de ahora en adelante podrás verlo tantas veces como quieras, amor de mi vida – le sonrió mientras lo abrazaba.



- Está bien, golpéalo – pausa – Pero no me digas ‘amor de mi vida’, es escalofriante –



- ¡Ja! ¿Cómo quieres que te llame entonces? –



- Bombón sexy estaría mejor – le mordió el hombro – O caramelito –



- Ok, eso es más escalofriante – se miraron y rieron.



- Ya encontraremos otro nombre después, ahora, sólo bésame – y sus deseos fueron órdenes placenteramente y efectivamente cumplidas.



Y así fue como un idiota que no sabe captar el ambiente y un frío irascible terminaron juntos. ¿Terminar? Más bien comenzaron una historia que querían fuera para siempre.





; The End #